lunes, 20 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

TERCERA PARTE

Principio No. 2
Dios quiere que nos dejemos controlar por Su Palabra y Su Espíritu


El segundo principio que encontramos para conocer la voluntad de Dios es “caminar en el espíritu”; o sea vivir una vida controlada por el Espíritu Santo.

Veamos que nos enseña sobre esto Efesios 5:17-18: 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,…

Pablo nos dice que si no llegamos a conocer la voluntad de Dios, que si no tratamos de encontrarla, somos insensatos, pero que todo aquel que quiere y se esfuerza en buscar la voluntad de Dios para su vida es un entendido.
¿Qué cree usted que es mejor: ser insensato o ser entendido? La respuesta va a saltar a tu mente inmediatamente: “ser entendido”, ¿verdad?. Cuando se nace de nuevo, el Espíritu Santo de Dios viene a la vida de esa persona, y quiere llenarla o mejor dicho controlarla. Así como el que toma licor es controlado por la bebida, así el hijo de Dios debería ser controlado por el Espíritu Santo.

Esta comparación es válida puesto que a las bebidas alcohólicas se les ha llamado siempre “bebidas espirituosas”. En ambos casos vemos como las dos formas quieren controlar a la persona. Lo que pasa es que hay una gran diferencia en las dos y es que el vino cuando controla es para perdición (e indiscutiblemente no es con lo que Dios quiere que nos llenemos: “…no os embriaguéis con vino…”), mientras que con el Espíritu Santo, cuando lo dejamos hacerlo, es para salvación y esta si es la voluntad de Dios: que nos dejemos llenar por el Espíritu Santo y que dejemos que nos controle por completo (“…antes bien sed llenos del Espíritu…”).

Ahora, debemos de entender que esto no es un consejo o un simple aviso, es un mandamiento. Todo creyente debe ser lleno del Espíritu Santo y también debemos de entender que no somos llenados una única vez para siempre. Es nuestro deber ir recibiendo continuamente ese poder del Espíritu Santo para cada momento de nuestra vida cristiana. Porque sin El nada podemos hacer. (Juan 15:5)

No es que el Espíritu nos llena, sino que nosotros nos debemos dejar llenar por él. No está en nosotros tomar mucho o poco Espíritu, sino el permitir que el Espíritu tome poco o mucho de mí.

Cuando no dejamos que nos llene, o sea que tome poco de nosotros, entonces le contristamos o lo que es lo mismo le apagamos, apagamos su poder en nosotros. Un creyente apaga y contrista el poder del Espíritu Santo cuando rehúsa rendirle todo lo que es y tiene, cuando dejamos áreas de nuestra vida sin entregárselas al control del espíritu.

De esta forma le cerramos las puertas a la acción del Espíritu Santo en nosotros y le ponemos barreras, ya que el espíritu respeta la libertad de cada individuo de decidir; El no va a forzar a nadie. Y saben que queda en ese lugar que nos guardamos y que no le entregamos bajo control al Espíritu Santo: Un IDOLO. Así es, todo aquello que tengamos dentro de nuestro ser, que nos ha atado, que nos ha manipulado, que le ha servido a los demonios para esclavizarnos, y que no le hemos entregado al Espíritu santo para que lo controle, se llama un IDOLO…!!!

¿Conoce usted personas así?? Yo sí. Yo he sido una de esas también. Por eso es que a veces conocemos personas, grandes siervos de Dios, metidos en la congregación de cabeza, predicando, enseñando, trayendo gente nueva continuamente, con células; y de un momento a otro no los volvemos a ver y al cabo de un tiempo nos damos cuenta que se han ido de la congregación y están en pecado. Y uno se pregunta: ¿pero como sucedió esto?

Bueno la respuesta es que fueron en contra de la voluntad de Dios y no se dejaron llenar por el Espíritu Santo, no dejaron que el espíritu tomara control de esa área o áreas de sus vidas y esa fue la puerta que mantuvieron abierta para los demonios. En mi vida tengo un ejemplo real de esto que les estoy compartiendo. La persona que más nos motivó, a mí esposa y a mí, a convertirnos a Cristo, a empezar una vida cristiana correcta, a dejar la vida religiosa que teníamos, hoy está en pecado y completamente alejado de la iglesia. Hemos realizado esfuerzos para ayudarle a que vuelva en sí, pero han sido infructuosos. Pero seguimos orando, porque es una persona a la que amamos!!

Cuando esto nos sucedió, vi la Palabra de Dios cumplirse delante de mis ojos. Se acuerdan de lo que dice la Palabra en Mateo 12: 43-45: “43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo haya.
12:44 Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la haya desocupada, barrida y adornada.
12:45 Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación
”.

Conságrele todo su ser al Señor. Y no estoy hablando de ponerse una sotana o algo parecido y meterse en un monasterio o algo similar. Es dejar que el Espíritu Santo me llene por completo; que tome control de todo mi ser. Esto me va a permitir caminar dentro de la voluntad de Dios para mi vida.

¿Y cómo podemos ser llenos del Espíritu Santo? Yo no encuentro otra forma que no sea a través de La Palabra de Dios. Es imposible que el Espíritu me sature sino estoy cimentado en la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo inspiró la Palabra. 2 Pedro 1:21 dice: “21porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

Muchos cristianos están tomando decisiones equivocadas porque sus mentes están llenas del mundo y sus afanes, de su estructura, de su sistema, y se dejan llevar por eso; porque sus mentes no están llenas de la Palabra de Dios.

Y esto es para todos: para los pastores, para los predicadores, para los maestros, para los miembros de la congregación, pero indiscutiblemente para cada uno de los que decimos ser cristianos e hijos de Dios, y creo que estos incluyen a los primeramente descritos.

¿Qué tal si empezamos por estudiar la Palabra el doble de tiempo que lo hemos realizado hasta el día de hoy?, ¿qué tal si nos disponemos a servir con el doble de ganas y pasión en la obra del Señor a como lo hemos hecho hasta el día de hoy? De esta forma vamos a tener nuestra mente continuamente renovada en la verdad de Dios, en Su Palabra y será más fácil que el Espíritu Santo tome control de TODO nuestro ser.


¡Esta es la voluntad de Dios para cada uno de nosotros!


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