martes, 7 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

PRIMERA PARTE

Hoy vamos a repasar algunos principios básicos que Dios nos ha entregado a través de su Palabra para que usted y yo podamos encontrar una guía hacia la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Dios tiene una voluntad específica para tu vida, para mi vida. Si revisamos la vida de los grandes hombres de Dios en el pasado, nos daremos cuenta que cada uno realizó una labor específica para Dios:

 Adán y Eva fueron puestos en el Edén y se les dijo que fructificaran y se multiplicaran sobre la Tierra. La voluntad de Dios para ellos era que tuvieran hijos y que cuidaran el Jardín; luego él probó su obediencia, prueba que ellos no pasaron. Pero fíjese cuan específica era la voluntad de Dios para ellos. Esto lo puede leer en el libro de Génesis cap. 1 y 2.

 Dios habló con Noé, quién había hallado gracia a los ojos de Dios, y estableció un proyecto de 120 años para construir la barca y reunir todas las especies de los animales y preservarlas para después del diluvio.

 Abraham fue utilizado por Dios en un proyecto diferente y específico; Isaac, Jacob, sus hijos, José, Moisés, y que me dice de María, David, Salomón, etc.

 Y si llegamos al Nuevo Testamento vemos la vida de Juan, Pedro, Pablo, Esteban, Felipe, cada uno de ellos tuvo que cumplir con una voluntad específica de Dios para sus vidas.

¿Y qué pasa con nosotros?
¿Se ha preguntado usted cual es la voluntad de Dios para su vida? O al menos, ¿cómo hago para encontrar la voluntad de Dios para mi vida?
Dios nos ha llamado a cumplir una función específica. De esto no le quede la más mínima duda. Pero, ¿cuál es? ¿Como la descubrimos?

Normalmente cuando oímos de historias de éxito, lo primero que se celebra es el resultado final. Casi nunca nos interesamos por saber sobre los detalles, sobre lo pequeño pero importante, sobre las dificultades, sobre las muchas batallas ganadas antes de celebrar la victoria completa.
Y es que para lograr el éxito en la vida debemos de pagar un precio. Debemos de buscar cual es el camino al éxito y empezar a caminar por él. Pero para mucha gente la vida es muy compleja, o es muy loca, o dicen: “de todas maneras nos morimos y ya”, “aquí estamos de pasada”, “ esto es todo lo que hay”, etc.

O conceptos como estos:

• Hoy día la vida es demasiado compleja
• Es muy difícil convivir con la demás gente
• El mundo crea un cerco alrededor nuestro
• Tengo miedo de fallarle a Dios
• Mi vida es tan complicada que no se que hacer
• No entiendo lo que está pasando
• Si soy cristiano porque me pasan estas cosas
• Yo siento como que Dios no está conmigo
• ¿Qué es lo que estoy haciendo mal???
• En mi trabajo todos son inconversos y ya no lo soporto


Estas son algunas de las expresiones más comunes, más típicas que se escuchan dentro del reino de Dios. No crean que se escuchan solo en los inconversos, o en el mundo, también se escuchan aquí, en el reino, con los creyentes!!!!

Es como que si cada día que pasa fuera más difícil, incluso para el pueblo de Dios, el tomar decisiones correctas. Y esto no tiene nada que ver con Dios, es que el mundo, la vida, han cambiado radicalmente y cada día se torna más difícil, más peligroso, más lleno de afán. ¿Se acuerdan lo que dijo Jesús en Mateo??? Cada día trae su propio afán. Lo que pasa es que cada día trae más afán que el otro.

Estamos viviendo tiempos difíciles, esto es claro: la TV, el Internet, las modas, las ansias de poder, el querer tener riquezas a costo de lo que sea, el estrés, la rutina del día a día, las cuentas, las deudas, el poder adquisitivo, las ofertas engañosas (créditos fáciles), el gastar más de lo que ganamos, la falta de una cultura de ahorro, hoy en día es la cultura de las deudas sin sentido, etc. La política corrupta, el fútbol, los desastres naturales, las noticias diarias.

Pareciera que todo es un caos, hasta para nosotros: los hijos de Dios. Nuestro mundo es hoy mucho más complejo que el de hace algunas generaciones atrás y sin duda esto no va a parar, sino que va a seguir en aumento: la tecnología crece día con día, las revoluciones sociales se expanden, la miseria y la pobreza crecen todos los días, las injusticias y la depravación sexual están explotando desde adentro hacia fuera, ya los homosexuales y lesbianas demandan sus derechos que creen poseer y los gobiernos de las naciones los están escuchando y respaldando.

En fin, que más podemos decir, podríamos decir mucho más, pero de esto no se trata lo que vamos a escuchar hoy; esto es solo un parámetro que creo necesario recordar para poder entender lo que Dios quiere para cada uno de nosotros.

Dios quiere que en todo momento tomemos las decisiones correctas, que ante cada situación que enfrentemos en nuestras vidas, por más difíciles que estas sean o parezcan ser, podamos tomar las decisiones correctas, las que Dios quiere que tomemos.

Dios tiene una voluntad o propósito para tu vida, para mi vida. Y conocer esa voluntad no es por arte de magia, ni suerte. Se requiere seguir su mapa de ruta, se debe atender a la guía del Espíritu Santo y se debe obedecer las señales que él ha puesto en el camino.

Todos sabemos lo que son las señales en el camino, ¿verdad??? Curva peligrosa, hombres trabajando, despacio, puente angosto, velocidad máxima, alto, con precaución. Algunas personas creen tener el control de sus vidas y toman decisiones sin tomar en cuenta estas señales y el resultado que usted y yo vemos, todos los días, son muertes por irrespeto a las señales, por irrespeto a las normas establecidas en la ruta por donde transitamos.

Dios nos ha dejado estas normas o principios que son las señales que debemos de obedecer para poder transitar por el camino de acuerdo a su voluntad perfecta para cada uno de nosotros, en Su Palabra, en el manual de vida, en la Biblia. Cuando queramos conocer la voluntad de Dios sobre una situación en particular, lo primero que deberíamos de hacer es preguntarnos: ¿qué sé yo sobre la voluntad de Dios para mi vida? Mientras no conozcamos la voluntad de Dios, no vamos a poder tomar decisiones correctas en situaciones específicas.

¿Y donde podemos conocer la voluntad de Dios??? Muy fácil, pero pareciera que a veces se nos olvida: en Su Palabra, en la Biblia, ese libro que traemos a la iglesia, pero que durante el resto de la semana nos cuesta o se nos olvida leer, estudiar, escudriñar.

Personalmente, no creo que alguien pueda llegar a conocer la voluntad de Dios para su vida sin leer la Palabra, o al menos escuchar a alguien que sí la lee. A pesar de eso, muchos cristianos tratan de encontrar la voluntad de Dios y toman decisiones difíciles para sus vidas sin consultar la Palabra de Dios.

La Biblia no es un libro científico. La Biblia es la Palabra de Verdad que salva del pecado. Es la Palabra que trae la remisión de los pecados a la humanidad. La Palabra de las Escrituras es la Palabra bendita de salvación de la que Dios habló y que cumplió para la humanidad. Como está escrito: «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5, 39). La Biblia es la Palabra que permite a la humanidad ser salvada del pecado y recibir la vida eterna.

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