lunes, 27 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

CUARTA PARTE

Principio No. 3
Dios quiere que le amemos y nos rindamos a su voluntad


Este es el tercer requisito. Se acuerdan del gran mandamiento dado por Jesús: “ame al Señor Tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” este amor solo puede ser por una total sumisión a Él. Veamos lo que nos dice Romanos 12:1-2: “1Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. 2No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”

Cada día debemos echar a un lado nuestros deseos y seguirle, poniendo todas nuestras energías y recursos a su disposición y confiando en su dirección. Lo hacemos en gratitud porque nuestros pecados han sido perdonados.

Dios tiene planes buenos, agradables y perfectos para sus hijos. Él quiere transformarnos en un pueblo con una mente renovada, vivos para honrarle y obedecerle. Debido a que Él solo quiere lo mejor para nosotros y por haber dado a su Hijo para que tengamos vida nueva, deberíamos ofrecernos con gozo en sacrificio vivo para su servicio.

Los cristianos tenemos este llamado: «No os conforméis a este siglo». No hemos de estar conformes con la conducta y costumbres de este mundo, que por lo general son egocéntricas y a menudo corruptas. Muchos cristianos dicen sabiamente que la conducta mundana se extralimita demasiado. Nuestro rechazo a formar parte del mundo, sin embargo, debe ir más allá del nivel de conducta y costumbres. Debe estar firmemente arraigado en nuestras mentes: «Transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento».
Es posible evitar muchas de las costumbres mundanas sin dejar de ser orgullosos, codiciosos, egoístas, obstinados y arrogantes. Solo cuando el Espíritu Santo renueva, reeduca y reorienta nuestra mente somos en verdad transformados

Esta lectura me enseña que es necesario rendirnos a Dios para poder llegar a conocer su voluntad: buena, agradable y perfecta. Debemos de presentarnos ante el Señor en sacrificio vivo, santo, agradable a Él; o sea en un acto de rendición total.
Es decirle a Dios que estamos dispuestos, comprometidos a realizar lo que El quiere que hagamos. Es un gran desafío, es decirle a Dios: “Señor, antes de que me reveles tu voluntad, me comprometo a cumplirla. Antes de que me reveles a través de tu Palabra lo que quieres que haga, me comprometo a hacerlo”

Muchas veces los cristianos venimos ante el Señor en oración, pidiéndole que nos revele su voluntad, pidiéndole que nos use; y cuando nos responde no estamos dispuestos a hacer lo que nos indica.

Rindámonos a Dios, busquemos su voluntad para nuestras vidas a través de la Palabra y en oración, pero antes de eso comprometámonos con Él a realizar lo que nos indique. Podría ser cosas que nos han tenido atados desde hace muchos años y el Señor quiere que nos despojemos de eso, que se lo entreguemos a Él; no puedo seguir cerrando la puerta a la revelación de Dios para mi vida porque me siento cómodo con la forma en que soy, como me comporto, como vivo. Podría ser que Dios quiera que yo me despoje de todo eso y debo estar dispuesto a obedecer.

Saben, yo he visto al diablo desbaratar la vida de una persona cristiana, una persona muy inteligente y lleno de ganas de servirle a Dios; y lo pudo hacer porque esa persona no estuvo de acuerdo en entregarle un área de su vida a Dios y esa fue la puerta para la maldición. Y lo mismo podría pasarle a cualquiera de nosotros. 1 Corintios10:12 nos advierte: “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”

La vida cristiana es un proceso de santificación. Primero en nuestro interior y luego en mi relación especial con los demás miembros de la congregación.
Somos templo del Espíritu Santo y miembros de la iglesia, que es Cristo. Nuestros cuerpos deben de ser presentados en sacrificio vivo, no muerto, en santidad, en unidad con Cristo y esto lo hace aceptable a Dios. Esta es la verdadera adoración en espíritu y en verdad que Dios exige y acepta.
Dios no quiere que nos apartemos del mundo, ni que dejemos de hablarle a los inconversos; sino que no vivamos al estilo del mundo presente. Jesús oró al Padre en Juan 17:5: “no ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal; no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.”

Usted y yo vivimos en este mundo, creado por la Palabra de Nuestro Dios, pero también gobernado por el príncipe de éste siglo (Satanás). Debemos de predicarle la palabra a este mundo, pero evitando caer en los deseos de la carne, que son los deseos de este mundo.

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lunes, 20 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

TERCERA PARTE

Principio No. 2
Dios quiere que nos dejemos controlar por Su Palabra y Su Espíritu


El segundo principio que encontramos para conocer la voluntad de Dios es “caminar en el espíritu”; o sea vivir una vida controlada por el Espíritu Santo.

Veamos que nos enseña sobre esto Efesios 5:17-18: 17Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. 18No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,…

Pablo nos dice que si no llegamos a conocer la voluntad de Dios, que si no tratamos de encontrarla, somos insensatos, pero que todo aquel que quiere y se esfuerza en buscar la voluntad de Dios para su vida es un entendido.
¿Qué cree usted que es mejor: ser insensato o ser entendido? La respuesta va a saltar a tu mente inmediatamente: “ser entendido”, ¿verdad?. Cuando se nace de nuevo, el Espíritu Santo de Dios viene a la vida de esa persona, y quiere llenarla o mejor dicho controlarla. Así como el que toma licor es controlado por la bebida, así el hijo de Dios debería ser controlado por el Espíritu Santo.

Esta comparación es válida puesto que a las bebidas alcohólicas se les ha llamado siempre “bebidas espirituosas”. En ambos casos vemos como las dos formas quieren controlar a la persona. Lo que pasa es que hay una gran diferencia en las dos y es que el vino cuando controla es para perdición (e indiscutiblemente no es con lo que Dios quiere que nos llenemos: “…no os embriaguéis con vino…”), mientras que con el Espíritu Santo, cuando lo dejamos hacerlo, es para salvación y esta si es la voluntad de Dios: que nos dejemos llenar por el Espíritu Santo y que dejemos que nos controle por completo (“…antes bien sed llenos del Espíritu…”).

Ahora, debemos de entender que esto no es un consejo o un simple aviso, es un mandamiento. Todo creyente debe ser lleno del Espíritu Santo y también debemos de entender que no somos llenados una única vez para siempre. Es nuestro deber ir recibiendo continuamente ese poder del Espíritu Santo para cada momento de nuestra vida cristiana. Porque sin El nada podemos hacer. (Juan 15:5)

No es que el Espíritu nos llena, sino que nosotros nos debemos dejar llenar por él. No está en nosotros tomar mucho o poco Espíritu, sino el permitir que el Espíritu tome poco o mucho de mí.

Cuando no dejamos que nos llene, o sea que tome poco de nosotros, entonces le contristamos o lo que es lo mismo le apagamos, apagamos su poder en nosotros. Un creyente apaga y contrista el poder del Espíritu Santo cuando rehúsa rendirle todo lo que es y tiene, cuando dejamos áreas de nuestra vida sin entregárselas al control del espíritu.

De esta forma le cerramos las puertas a la acción del Espíritu Santo en nosotros y le ponemos barreras, ya que el espíritu respeta la libertad de cada individuo de decidir; El no va a forzar a nadie. Y saben que queda en ese lugar que nos guardamos y que no le entregamos bajo control al Espíritu Santo: Un IDOLO. Así es, todo aquello que tengamos dentro de nuestro ser, que nos ha atado, que nos ha manipulado, que le ha servido a los demonios para esclavizarnos, y que no le hemos entregado al Espíritu santo para que lo controle, se llama un IDOLO…!!!

¿Conoce usted personas así?? Yo sí. Yo he sido una de esas también. Por eso es que a veces conocemos personas, grandes siervos de Dios, metidos en la congregación de cabeza, predicando, enseñando, trayendo gente nueva continuamente, con células; y de un momento a otro no los volvemos a ver y al cabo de un tiempo nos damos cuenta que se han ido de la congregación y están en pecado. Y uno se pregunta: ¿pero como sucedió esto?

Bueno la respuesta es que fueron en contra de la voluntad de Dios y no se dejaron llenar por el Espíritu Santo, no dejaron que el espíritu tomara control de esa área o áreas de sus vidas y esa fue la puerta que mantuvieron abierta para los demonios. En mi vida tengo un ejemplo real de esto que les estoy compartiendo. La persona que más nos motivó, a mí esposa y a mí, a convertirnos a Cristo, a empezar una vida cristiana correcta, a dejar la vida religiosa que teníamos, hoy está en pecado y completamente alejado de la iglesia. Hemos realizado esfuerzos para ayudarle a que vuelva en sí, pero han sido infructuosos. Pero seguimos orando, porque es una persona a la que amamos!!

Cuando esto nos sucedió, vi la Palabra de Dios cumplirse delante de mis ojos. Se acuerdan de lo que dice la Palabra en Mateo 12: 43-45: “43 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo haya.
12:44 Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la haya desocupada, barrida y adornada.
12:45 Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación
”.

Conságrele todo su ser al Señor. Y no estoy hablando de ponerse una sotana o algo parecido y meterse en un monasterio o algo similar. Es dejar que el Espíritu Santo me llene por completo; que tome control de todo mi ser. Esto me va a permitir caminar dentro de la voluntad de Dios para mi vida.

¿Y cómo podemos ser llenos del Espíritu Santo? Yo no encuentro otra forma que no sea a través de La Palabra de Dios. Es imposible que el Espíritu me sature sino estoy cimentado en la Palabra de Dios, porque el Espíritu Santo inspiró la Palabra. 2 Pedro 1:21 dice: “21porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”

Muchos cristianos están tomando decisiones equivocadas porque sus mentes están llenas del mundo y sus afanes, de su estructura, de su sistema, y se dejan llevar por eso; porque sus mentes no están llenas de la Palabra de Dios.

Y esto es para todos: para los pastores, para los predicadores, para los maestros, para los miembros de la congregación, pero indiscutiblemente para cada uno de los que decimos ser cristianos e hijos de Dios, y creo que estos incluyen a los primeramente descritos.

¿Qué tal si empezamos por estudiar la Palabra el doble de tiempo que lo hemos realizado hasta el día de hoy?, ¿qué tal si nos disponemos a servir con el doble de ganas y pasión en la obra del Señor a como lo hemos hecho hasta el día de hoy? De esta forma vamos a tener nuestra mente continuamente renovada en la verdad de Dios, en Su Palabra y será más fácil que el Espíritu Santo tome control de TODO nuestro ser.


¡Esta es la voluntad de Dios para cada uno de nosotros!


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sábado, 11 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

SEGUNDA PARTE

Los pasajes de la Escritura que revelan la voluntad de Dios se pueden agrupar en dos categorías: los mandamientos que todos debemos obedecer y los principios para conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas. Además de los 10 mandamientos que usted y yo ya conocemos y que sabemos debemos de obedecer, Dios ha escrito en su Palabra algunos principios que se pueden identificar específicamente como la voluntad de Dios.

Recordemos que Jesucristo resumió los 10 mandamientos en dos grandes mandamientos:
MATEO 22
22:36 Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?
22:37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.
22:38 Este es el primero y grande mandamiento.
22:39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.
22:40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.

Vamos a estudiar al menos seis de esos principios que considero nos pueden enseñar a conocer la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Principio No. 1
Dios quiere que usted y yo seamos salvos.

2 Pedro 3:8-9: 8Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. 9El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.

15Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación;

Pedro en este capítulo exhorta a la iglesia a que tenga el entendimiento limpio y no contaminado de los burladores que andarán diciendo “¿en donde está la promesa de la venida del Señor, que ustedes proclaman?”
Pero Dios Padre quiere que usted no ignore que para él un día es como mil años y mil años es como un día, y que el Señor solo es paciente y retarda su promesa sobre la segunda venida de Jesús, no queriendo que nadie se pierda sino que todos vengan a arrepentimiento.

¡ Porque Dios no quiere que ninguno perezca !
¡ Dios quiere que todos seamos salvos !

El texto es un testimonio claro de la voluntad salvífica universal de Dios. Es para todo el mundo, pero no es una voluntad absoluta (sino todos se salvarían sin tener que hacer algo); sino que está condicionada por la respuesta de fe que el hombre debe aportar.
“El que cree se salva, el que no cree se condena” (Juan 3: 16-21)

El plan de Dios para la humanidad comienza con la salvación mediante el creer en Jesucristo como el Hijo de Dios, que murió para el perdón del pecado del mundo, que fue sepultado y que al tercer día le resucitó de entre los muertos y que actualmente tiene más de 2000 años de estar a la diestra de Dios.

El primer requisito para conocer la voluntad de Dios es ser salvo. Si usted no ha sido salvo a través del nuevo nacimiento mediante la fe en el Hijo de Dios, en Jesucristo, y su obra consumada en la cruz, entonces es inútil tratar de conocer la voluntad de Dios.

Es imprescindible que usted realice este primer paso antes de continuar en su búsqueda de la voluntad de Dios para su vida. Esté muy atento de lo que el Señor quiere decirle por medio de este estudio, pero no se olvide de este primer requisito: la voluntad de Dios es que usted sea salvo a través de Jesús. Ríndase a Jesucristo y usted va a poder comenzar a conocer la voluntad del Padre para su vida.

Dios tiene un propósito para tu vida, pero ese propósito comienza con la salvación. Por eso es que muchas personas pasan por la vida y van de aquí para allá, y ser enredan en los afanes de este mundo y se la pasan preguntándose: “¿para que vivo? ¿Qué es lo que he venido a hacer a este mundo?” y no encuentran la respuesta, porque la respuesta comienza con la salvación, comienza con ese acto de arrepentimiento y de fe delante del Señor. Ahí comienza todo; pero el problema es que no todos están dispuestos a tomar esta decisión.

Recordemos lo que dijo Jesús en el libro de Mateo:
“13Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”

El plan de Dios para tu vida comienza con la salvación en Cristo Jesús; pero esto es una decisión personal que solo tú puedes hacer. Nadie más puede hacerla por otro. Y si de verdad queremos empezar a conocer la voluntad de Dios para nuestra vida, entonces debemos de empezar en orden, como Dios lo pide, y es con la salvación. Este es el primer requisito.

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martes, 7 de julio de 2009

Principios establecidos por Dios en su Palabra para encontrar su voluntad

PRIMERA PARTE

Hoy vamos a repasar algunos principios básicos que Dios nos ha entregado a través de su Palabra para que usted y yo podamos encontrar una guía hacia la voluntad de Dios para nuestras vidas.

Dios tiene una voluntad específica para tu vida, para mi vida. Si revisamos la vida de los grandes hombres de Dios en el pasado, nos daremos cuenta que cada uno realizó una labor específica para Dios:

 Adán y Eva fueron puestos en el Edén y se les dijo que fructificaran y se multiplicaran sobre la Tierra. La voluntad de Dios para ellos era que tuvieran hijos y que cuidaran el Jardín; luego él probó su obediencia, prueba que ellos no pasaron. Pero fíjese cuan específica era la voluntad de Dios para ellos. Esto lo puede leer en el libro de Génesis cap. 1 y 2.

 Dios habló con Noé, quién había hallado gracia a los ojos de Dios, y estableció un proyecto de 120 años para construir la barca y reunir todas las especies de los animales y preservarlas para después del diluvio.

 Abraham fue utilizado por Dios en un proyecto diferente y específico; Isaac, Jacob, sus hijos, José, Moisés, y que me dice de María, David, Salomón, etc.

 Y si llegamos al Nuevo Testamento vemos la vida de Juan, Pedro, Pablo, Esteban, Felipe, cada uno de ellos tuvo que cumplir con una voluntad específica de Dios para sus vidas.

¿Y qué pasa con nosotros?
¿Se ha preguntado usted cual es la voluntad de Dios para su vida? O al menos, ¿cómo hago para encontrar la voluntad de Dios para mi vida?
Dios nos ha llamado a cumplir una función específica. De esto no le quede la más mínima duda. Pero, ¿cuál es? ¿Como la descubrimos?

Normalmente cuando oímos de historias de éxito, lo primero que se celebra es el resultado final. Casi nunca nos interesamos por saber sobre los detalles, sobre lo pequeño pero importante, sobre las dificultades, sobre las muchas batallas ganadas antes de celebrar la victoria completa.
Y es que para lograr el éxito en la vida debemos de pagar un precio. Debemos de buscar cual es el camino al éxito y empezar a caminar por él. Pero para mucha gente la vida es muy compleja, o es muy loca, o dicen: “de todas maneras nos morimos y ya”, “aquí estamos de pasada”, “ esto es todo lo que hay”, etc.

O conceptos como estos:

• Hoy día la vida es demasiado compleja
• Es muy difícil convivir con la demás gente
• El mundo crea un cerco alrededor nuestro
• Tengo miedo de fallarle a Dios
• Mi vida es tan complicada que no se que hacer
• No entiendo lo que está pasando
• Si soy cristiano porque me pasan estas cosas
• Yo siento como que Dios no está conmigo
• ¿Qué es lo que estoy haciendo mal???
• En mi trabajo todos son inconversos y ya no lo soporto


Estas son algunas de las expresiones más comunes, más típicas que se escuchan dentro del reino de Dios. No crean que se escuchan solo en los inconversos, o en el mundo, también se escuchan aquí, en el reino, con los creyentes!!!!

Es como que si cada día que pasa fuera más difícil, incluso para el pueblo de Dios, el tomar decisiones correctas. Y esto no tiene nada que ver con Dios, es que el mundo, la vida, han cambiado radicalmente y cada día se torna más difícil, más peligroso, más lleno de afán. ¿Se acuerdan lo que dijo Jesús en Mateo??? Cada día trae su propio afán. Lo que pasa es que cada día trae más afán que el otro.

Estamos viviendo tiempos difíciles, esto es claro: la TV, el Internet, las modas, las ansias de poder, el querer tener riquezas a costo de lo que sea, el estrés, la rutina del día a día, las cuentas, las deudas, el poder adquisitivo, las ofertas engañosas (créditos fáciles), el gastar más de lo que ganamos, la falta de una cultura de ahorro, hoy en día es la cultura de las deudas sin sentido, etc. La política corrupta, el fútbol, los desastres naturales, las noticias diarias.

Pareciera que todo es un caos, hasta para nosotros: los hijos de Dios. Nuestro mundo es hoy mucho más complejo que el de hace algunas generaciones atrás y sin duda esto no va a parar, sino que va a seguir en aumento: la tecnología crece día con día, las revoluciones sociales se expanden, la miseria y la pobreza crecen todos los días, las injusticias y la depravación sexual están explotando desde adentro hacia fuera, ya los homosexuales y lesbianas demandan sus derechos que creen poseer y los gobiernos de las naciones los están escuchando y respaldando.

En fin, que más podemos decir, podríamos decir mucho más, pero de esto no se trata lo que vamos a escuchar hoy; esto es solo un parámetro que creo necesario recordar para poder entender lo que Dios quiere para cada uno de nosotros.

Dios quiere que en todo momento tomemos las decisiones correctas, que ante cada situación que enfrentemos en nuestras vidas, por más difíciles que estas sean o parezcan ser, podamos tomar las decisiones correctas, las que Dios quiere que tomemos.

Dios tiene una voluntad o propósito para tu vida, para mi vida. Y conocer esa voluntad no es por arte de magia, ni suerte. Se requiere seguir su mapa de ruta, se debe atender a la guía del Espíritu Santo y se debe obedecer las señales que él ha puesto en el camino.

Todos sabemos lo que son las señales en el camino, ¿verdad??? Curva peligrosa, hombres trabajando, despacio, puente angosto, velocidad máxima, alto, con precaución. Algunas personas creen tener el control de sus vidas y toman decisiones sin tomar en cuenta estas señales y el resultado que usted y yo vemos, todos los días, son muertes por irrespeto a las señales, por irrespeto a las normas establecidas en la ruta por donde transitamos.

Dios nos ha dejado estas normas o principios que son las señales que debemos de obedecer para poder transitar por el camino de acuerdo a su voluntad perfecta para cada uno de nosotros, en Su Palabra, en el manual de vida, en la Biblia. Cuando queramos conocer la voluntad de Dios sobre una situación en particular, lo primero que deberíamos de hacer es preguntarnos: ¿qué sé yo sobre la voluntad de Dios para mi vida? Mientras no conozcamos la voluntad de Dios, no vamos a poder tomar decisiones correctas en situaciones específicas.

¿Y donde podemos conocer la voluntad de Dios??? Muy fácil, pero pareciera que a veces se nos olvida: en Su Palabra, en la Biblia, ese libro que traemos a la iglesia, pero que durante el resto de la semana nos cuesta o se nos olvida leer, estudiar, escudriñar.

Personalmente, no creo que alguien pueda llegar a conocer la voluntad de Dios para su vida sin leer la Palabra, o al menos escuchar a alguien que sí la lee. A pesar de eso, muchos cristianos tratan de encontrar la voluntad de Dios y toman decisiones difíciles para sus vidas sin consultar la Palabra de Dios.

La Biblia no es un libro científico. La Biblia es la Palabra de Verdad que salva del pecado. Es la Palabra que trae la remisión de los pecados a la humanidad. La Palabra de las Escrituras es la Palabra bendita de salvación de la que Dios habló y que cumplió para la humanidad. Como está escrito: «Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí» (Juan 5, 39). La Biblia es la Palabra que permite a la humanidad ser salvada del pecado y recibir la vida eterna.

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miércoles, 1 de julio de 2009

EL PODER DE TRANSFORMAR TU VIDA

Todos de una u otra manera queremos cambiar, queremos ser mejores cada día. Pero la pregunta es, ¿cómo lo hago? ¿De dónde saco el poder para cambiar?

La respuesta que ofrecemos es que el cristianismo te da ese poder que necesitas para tomar la decisión de cambiar y hacerlo. La palabra poder aparece 57 veces en el Nuevo Testamento. Es la palabra usada para describir el suceso más poderoso jamás ocurrido: la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.

La palabra poder viene del griego dunamis que es la raíz de la palabra dinamita. Así que, Dios quiere darnos el poder de la dinamita para cambiar nuestras vidas. Alguna vez has pensado: “he cometido muchos errores en mi vida, quisiera borrarlos y comenzar de nuevo”. Esto es normal pensarlo, si hemos cometido muchos errores. Lo que no es normal es que nos la pasemos todo el tiempo recordándolo y martirizándonos con estos recuerdos.

En Colosenses 2:14, Dios nos dice que nos perdonó todos nuestros pecados y que anuló todo récord de deuda que teníamos que pagar. Él lo hizo al permitir que Cristo fuera clavado en la cruz.
Jesucristo no vino a condenarnos, Él vino a cambiarnos! Cuando acudimos a Dios, Él borra nuestros pecados y limpia la cuenta.
En Jeremías 31:34 Dios le dice a los israelitas: “les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus palabras”. Cuando venimos a Dios, Él anula nuestro pasado y nos deja limpios para que empecemos a vivir nuestro presente.

Ahora bien, ¿cuál es la base para ese perdón?
Antes de morir, en la cruz, Jesús dijo: “Todo se ha cumplido” (Juan 19:30). La palabra utilizada en griego para decir esto es tetelestai, que literalmente quiere decir “cuenta pagada”, “anulada”. Esta es la palabra que escribían los comerciantes cuando se liquidaba una deuda. Jesús saldó la cuenta por todos los pecados que habíamos cometido. Romanos 8:1 nos dice:”Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.”

Entonces, si Dios nos perdona nuestros pecados en el momento en que lo confesamos, ¿no cree que debamos de hacer lo mismo con nosotros mismos? Así como Dios se olvida de una cuenta que ya pagamos, así nosotros debemos de olvidarnos de nuestro pasado. ¿Quién se acuerda del recibo de electricidad del mes pasado o de hace algunos meses atrás? De igual manera, si ya Dios le perdonó sus pecados pasados al confesárselos, ¿para qué los sigue trayendo al presente?

El poder de Dios nos ayuda para enfrentar nuestros problemas. Todos tenemos problemas, si cree que no los tiene tómese el pulso. Los únicos que no tienen problemas están enterrados en los cementerios. ¿Cómo resuelve usted los problemas? ¿Con sus propias fuerzas? No le pase lo que una vez dijo un hombre frustrado por no poder vencer sus problemas, él dijo: “Estoy cansado y enfermo de estar cansado y enfermo.” Dios quiere que dejemos de tratar solos y que comencemos a confiar en él para resolver nuestros problemas.

Hay personas que cuando se les pregunta que como están responden: “Ahí, bien, bajo las circunstancias.”. Alguien dijo: “las circunstancias son como un colchón, si usted está arriba, descansa, pero si está debajo !se sofoca!”. Las circunstancias no las podemos controlar, pero si la manera en que las enfrentamos...!

La promesa de Dios es que si nos entregamos a Él y descansamos en sus brazos, vamos a poder ser más que vencedores. Para vencer hay que luchar y tener mayor poder que el contrario. Ese poder solo nos lo puede dar Dios por medio de la resurrección de Jesucristo. Es Su poder en nosotros lo que nos hace más que vencedores.!!!!

Cuando la iglesia comenzó, después de Pentecostés, se vino sobre ella una gran oposición. Los apóstoles no se callaron. Se unieron y oraron. Pero no oraron pidiendo que no hubiera oposición, sino para que Dios les diera una audacia sobrenatural para vencer la oposición. !!Qué gran diferencia, ¿verdad?!! Muchas veces cuando nos sentimos abatidos por un problema, acudimos a Dios para pedirle que nos ayude quitándonos el problema de enfrente. !!Qué fácil!! Debemos de orar a Dios pidiéndole una estrategia para solventar el problema y salir vencedores!

Dios quiere cambiar nuestra personalidad a través de su poder. ¿Cree usted que hay algunas cosas de su personalidad que le gustaría cambiar? Estoy seguro que sí. Yo también. Dios usa un proceso de dos pasos para cambiarnos. El primer paso es “nacer de nuevo”. 2 Corintios 5:17 lo dice así: “Si alguno está en Cristo, es una nueva creación. Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo.” Cuando se somete la vida a Cristo se “nace de nuevo”. A partir de ese momento somos nuevas creaciones. Nuestra vida ya no será igual!

El segundo paso es un proceso que dura toda nuestra vida. Es lo que se nos enseña en Romanos12:2: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.”
Cuando el Espíritu Santo controla nuestra vida, él produce en nosotros nueve características positivas: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. ¿Cuántas de las personas con las que usted trabaja exhiben estas cualidades?¿Cuántas de las personas con las que usted trabaja podrían decir que estas cualidades lo describen a usted?
Este fruto del Espíritu Santo no es algo que podamos confeccionar. Es algo que Dios produce en nosotros cuando le confiamos enteramente nuestras vidas a Él.

Solo una cosa nos puede impedir ser lo que Dios quiere que seamos. No es el Diablo. No es otra persona. No son las circunstancias. Es la dilación. Es dejar lo que tenemos que hacer!!Ya!! Para otro día. ! Uno de estos días! Lo más probable es que ese día no llegue. “No duerma con las ranas.” Esto es lo que le pasó a Faraón cuando Dios le envió la plaga de ranas. Moisés fue llamado por Faraón para decirle que se daba por vencido. Entonces Moisés le preguntó: “¿cuando quieres que me deshaga de las ranas?” Faraón contestó: “Mañana.” Es increíble pensarlo !una noche más con las ranas! Podríamos pensar que la respuesta acertada era: “! Ya mismo ¡” Pero en realidad, lo que hizo faraón, es lo que usted y yo hacemos todo el tiempo. Postergamos nuestras decisiones importantes para otro día.

Jesús de Nazaret tiene el poder para ayudarnos a vencer nuestros problemas!!Ahora mismo¡¡ Es en este momento, no lo deje para “uno de estos días”. Podría no llegar ese momento. Descanse en el Señor. Confíe en Dios.
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