jueves, 16 de diciembre de 2010

2 MENSAJES DE BENDICIÓN

1 "LA HORA DE AISLAMIENTO"

Sé lo que es enfrentar el silencio divino, sin escuchar la voz de Dios por una época. He caminado a través de periodos de confusión total sin ninguna guía aparente, con aquella pequeña voz detrás de mí en completo silencio. Han habido tiempos cuando no he tenido amigos y familiares cerca para traer satisfacción a mi corazón con una palabra de consejo. Todas mis pautas de orientación anteriores se han torcido y me he encontrado en tinieblas completas. No podía ver mi camino y he cometido errores tras errores. Yo quería decir, “Oh Dios, ¿qué ha sucedido? ¡No sé por donde ir!”
>
¿Realmente Dios esconde su rostro de aquellos a los que ama? ¿No es posible que Él levante su mano por un corto tiempo para enseñarnos confianza y dependencia? La Biblia responde claramente: “Dios lo dejó [a Ezequías], para probarle y conocer todo lo que estaba en su corazón” (2 Crónicas 32:31).
>
Usted tal vez está pasando por un aluvión de pruebas ahora mismo. Usted sabe a lo que me refiero cuando digo que los cielos parecen de bronce. Usted sabe lo que es fallar repetidamente. Usted ha esperado y esperado respuestas a su oración. Le han servido una taza de aflicción. ¡Nada y nadie puede arreglar esa necesidad en su corazón!
>
¡Ese es el momento en que usted debe de decidirse! Usted no tiene que reírse o gozarse, por que tal vez no tenga felicidad en ese momento. Es más, puede que sólo haya tumulto en su alma. Pero puede saber que Dios está todavía en usted, por que las escrituras dicen, “Jehová preside en el diluvio y se sienta Jehová como rey para siempre” (Salmo 29:10).
>
Pronto oirá la voz de Dios: “No te aflijas, no entres en pánico. Sólo mantén tus ojos en mí. Encomiéndame todas las cosas.” Y conocerá que usted continúa siendo el objeto del increíble amor de Dios.


2 "Quebrantamiento y Restauración"

Dios es el alfarero que moldea las vasijas (o pueblos) y a veces, las destruye. Con los pedacitos de la vasija rota, Dios moldea una nueva. Dios quiebra las vasijas que se ven lindas solamente en apariencia. Y levanta un nuevo pacto que reemplaza al antiguo. Esta fue una advertencia al pueblo de Israel que tenía el corazón endurecido. Dios quebrantó el orgullo del pueblo de Israel, para luego poder restaurarlo. La fuerza que obtenemos nosotros, nuestra iglesia, y nuestro pueblo, proviene de Dios, quien restaura lo quebrantado. No hay nada que se desperdicie. La restauración implica juntar los pedazos rotos, reconstruir y fortalecer.

Muchas veces los que han padecido un gran sufrimiento dicen que no cambiarían esa experiencia por nada del mundo. Declaran que cuando los pedazos de sus vidas fueron añadidos a una nueva vasija, ellos cambiaron, se tornaron más fuertes.

Nada es inservible para Dios. Dios lo restaura y lo usa. Lo renueva y lo transforma. Llena lo necesario, y lo utiliza. Lo que nosotros debemos hacer es entregar nuestro ser a Dios, confiar en Él y obedecerle con humildad. Dios no puede moldear una vasija desobediente y rebelde.

Lo importante para Dios es la actitud que adaptamos. Una actitud que confía en Dios, una actitud humilde. Una actitud de mansedumbre que se rinde con gozo en las manos del alfarero. Tener la convicción de que cuanto más se quebrante, más renovada será. Podemos tambalearnos en medio de las pruebas que Dios permite. Pero, podemos también echar raíces más profundas en Él en medio de la aflicción.

¿No podré yo hacer de vosotros como un alfarero? Dice Jehová.
He aquí que como barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano.
(Jeremías 18:6)

No hay comentarios:

Publicar un comentario