sábado, 7 de agosto de 2010

DESPOJÉMONOS DE TODO PESO

En la novela de Julio Verne, The Mysterious Island (La isla misteriosa), el autor cuenta de cinco hombres que escaparon de un campamento de prisioneros durante la Guerra Cívil, secuestrando un globo de aire caliente. Mientras se elevaban, notaron que el viento los arrastraba sobre el océano. Observando a su patria desaparecer de vista en el horizonte, se preguntan cuanto tiempo más permanecerá el globo en las alturas.

Al pasar las horas y acercarse cada vez más la superficie del océano, los hombres deciden que deben arrojar algo del peso que llevan, ya que no tienen cómo calentar el aire en el globo. De mala gana se deshacen de zapatos, abrigos, armas, y los incómodos aviadores sienten que el globo comienza a elevarse.

Sin embargo, poco tiempo después, enfrentan otra vez el peligro de encontrarse cerca de las olas, y arrojan sus alimentos. Por desdicha, esto resulta ser tan sólo una solución provisional, y la nave vuelve a amenazar con descender al mar. A uno de los hombres se les ocurre una idea: atar las sogas que sostienen el carro de pasajero y sentarse sobre ellas. Entonces, proceden a cortar la cesta en la cual viajan, y al hacerlo, el globo comienza a elevarse otra vez.

A tiempo, logran identificar tierra, y los cinco se dejan caer al aguay nadan hasta llegar a la isla. Todos sobrevivieron ya que pudieron discernir la diferencia entre lo que era verdaderamente necesario y lo que no lo era. Las “necesidades” que en un momento dado catalogaban de imprescindibles, eran en realidad los pesos que casi les hacen perder la vida.

¿Por qué no hacer una evaluación sincera de las cosas que pueden estar impidiendo que avancemos? ¿Son estas necesidades físicas o espirituales, para nosotros o para alguien a quién amamos? ¿Cómo sería nuestra vida sin ellas? Si decidimos eliminarlas ¿Tendríamos más tiempo disponible para hacer aquellas cosas que son de verdadera importancia para nosotros?

Pidámosle a Dios que nos muestre cómo podríamos mejorar nuestra calidad de vida, si logramos hacer algunos cambios, y soltemos ciertas cosas que nos tienen agobiados, y que nos impiden seguirle a Él.


"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante" (Hebreos 12:1)

1 comentario:

  1. Magnifico paralelo entre la biblia y la ilustración del relato de Verne, Dios te siga bendiciendo

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