sábado, 7 de agosto de 2010

¡RECIBIMOS AL ESPÍRITU SANTO POR FE!

"Esto solo quiero saber de vosotros: ¿Recibisteis el Espíritu por las obras

de la ley, o por el oír con fe?" (Gálatas 3:2). ¡Santos, éste mensaje

debería encender nuestra fe, y por fe deberiamos de apropiarnos de las grandes

promesas de Dios! "Pero pida con fe, no dudando nada; por que el que duda es

semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una

parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del

Señor" (Santiago 1:6-7).


¿Le ha pedido usted a Dios este regalo? ¿Está usted buscando al Espíritu

Santo? ¿Está usted continuamente llamando? "Pues si vosotros, siendo malos,

sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre

celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?" (Lucas 11:13).


¡Simplemente pide y lo recibirás! ¡Busca que tu Padre celestial te dé el

bautizo con el Espíritu Santo, y él te lo dará!


Enfrentamos a un diablo enojado que está suelto en el mundo hoy día. El está

desatando todo el poder a su mando, y legiones de poderes malignos están

apertrechadas para el conflicto final con el cielo. Pero satanás no puede

hacerle frente a un hijo de Dios que es justo, lleno del Espíritu Santo y que

camina en fe y obediencia. Muéstrenme un creyente verdaderamente poseído por

el Espíritu Santo, y yo les mostraré que él puede hacer huir a las legiones

del infierno.


¡Dios, envía al Espíritu Santo! ¡Cae sobre nosotros! ¡Bautízanos

grandemente! ¡Y envíanos contra las fortalezas satánicas con una fe

inflexible de que el Espíritu Santo prevalecerá en nuestro día!


El Apóstol Pablo dice, "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de

la carne" (Gálatas 5:16). El también dijo, "Si vivimos por el Espíritu,

andemos también en el Espíritu" (5:25).


Como Cristianos, hemos escuchado esta frase toda nuestra vida: "Andad en el

Espíritu". Muchos creyentes me dicen que andan en el Espíritu – pero no me

pueden decir lo que esto verdaderamente significa. Ahora, déjeme preguntarle a

usted: ¿Anda y camina usted en el Espíritu? ¿Y qué significa eso para usted?


Yo creo que "andar en el Espíritu" puede definirse en una frase: Andar en el

Espíritu es simplemente permitir al Espíritu Santo que haga en nosotros lo

que Dios lo mandó a hacer.


Yo no creo que usted pueda permitirle a Él hacer ese trabajo hasta que usted

entienda por qué Dios envió al Espíritu Santo.


El Espíritu Santo ha sido enviado a nosotros por el Padre para lograr un (y

solamente un) propósito eterno. A no ser que entendamos su misión y trabajo

en nosotros, cometeremos uno de dos errores: (1) estaremos satisfechos con una

pequeña porción de su trabajo – comocer unos cuantos de sus dones

espirituales – pensando erróneamente que esto es todo lo que hay de Él, y

perdiéndonos el gran trabajo de su propósito eterno en nuestras vidas. O,

(2) apagaremos al Espíritu dentro de nosotros ignorándolo completamente,

creyendo que Él es misterioso y que su presencia es algo que debemos tomar por

fe y nunca entenderla.


El Espíritu Santo ha venido a vivir en usted y en mí para sellar, santificar,

otorgar poder y prepararnos – ¡Él ha sido enviado a este mundo para preparar

una novia que se casará con Cristo Jesús, el Yeshua!


Un tipo de esta relación entre los creyentes y el Espíritu Santo lo

encontramos en el Antiguo Testamento en Génesis 24. Abraham envió a Eliezer

el criado más viejo de su casa, para que encontrase una novia para su hijo

Isaac. El nombre de Eliezer significa ""poderoso, divino ayudador" – un tipo

del Espíritu Santo. Con la misma seguridad que este poderoso ayudador volvió

con Rebeca para presentarla como una novia para Isaac, de igual manera el

Espíritu Santo no fallará en traer una novia para nuestro Señor Jesucristo.


Dios escogió a Rebeca como novia para Isaac – y el Señor guió a Eliezer

directo hacia ella. Toda la misión y todo el propósito del sirviente estaban

enfocados en una sola cosa: traer a Rebeca para Isaac – para hacerla que

dejara todo lo que tenía, que se enamorara de Isaac y se casara con él. Los

padres de Rebeca le dijeron a Eliezer, "De Jehová ha salido esto…tómala y

vete, y sea mujer del hijo de tu señor" (Génesis 24:50-51).


¡Y, así es con usted y conmigo! Dios nos eligió para ser su novia. Nuestra

salvación – el haber sido escogidos para Cristo – fue del Señor. El

envió al Espíritu Santo a guiarnos hacia Jesús – ¡y si confiamos en Él,

el Espíritu nos llevará salvos a casa para ser la novia eterna de Cristo.!!!

Aleluya..!!!


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